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Un día llegarán los del Samur, me pondrán un camisón blanco con las mangas bien atadas por detrás y con una patada en el trasero se me llevarán a algún manicomio, esto de los ciprinidos con vinilos me está volviendo loco.

Empezó la broma con el verano, el calorcito parecía mantenerles alegres y con apetito, las carpas se embuchaban las gominolas con ganas y no discutían delante de un cacharro duro, llámese Piper por decir alguno. Aquello me dejó alucinado, pero luego llegaron los Barbos carnívoros, Gitanos o Comizos y el trastorno mental subía como la espuma. Estos feroces animales atacaban todo lo que les pasara delante de la nariz, metiéndole viajes criminales a paseantes, hélices y vinilos maniobrados a ras de agua, un show en plena regla.

ciprinidos con vinilosPero no se acaba aquí la historia, los ciprinidos con vinilos son una realidad también en invierno, lo he comprobado personalmente envuelto en múltiples capas para soportar el frescor de Diciembre y me lo han confirmado amigos dignos de la máxima confianza. Todo esto ocurre en España pero resulta que hablo con amigos italianos que viven en la región del Véneto y me cuentan que para ellos el invierno es el mejor momento para pescarlos, cuando se amontonan en las zonas más profundas de los canales y los pueden asediar con grubs de 3" y pequeñas cabezas plomadas.

En este momento en los Madriles pega un viento horroroso, llueve y no hay quien saque la cabeza de casa para salir a echar unos lances pero en cuanto aparezca un poco de sol me planto en cualquier río, debajo de un puente y ametrallo todo ser con aletas con balas de goma blanda y una caña finita. Me tengo que estudiar un poco el Manzanares, un río de esa portada en el medio de una ciudad podría ser una mina de oro, el problema es que está todo amurallado, como para ponerse a lanzar desde la M30.

Lo se, estoy muy mal, pero mirad este vídeo y decidme si no es una pesca realmente entretenida.

¿Qué hacemos cuando la pesca se hace más complicada de lo previsto? Algunos recogen y se van a tomar una cerveza, otros van dando palos de ciego y algunos, por lo de las canas, suerte o experiencia, salen del apuro aún teniendo que luchar como leones.

Giant Trevalli - GT - sacado a spinning - MaldiveUna de las armas que tenemos a disposición para cambiar el resultado del marcador, una de las muchas diría, es la de rebajar el tamaño y peso de los señuelos y pescar digamos, "finesse". No es que se trate de un invento de un día sino de muchos pasados a tostarse el pellejo bajo el sol, situaciones en las cuales después de haber intentado lo imposible nos hemos finalmente decidido a sacar de la caja un artificial más liviano, y una vez puesto en una caña igualmente ligera, hemos dado la vuelta de tuerca a los eventos. Por más inri esto no solo pasa en aguas muy trilladas como las de la costas Española, sino que también cobra sentido en lugares como las playas de Gabón o los arrecifes de Madagascar, sitios en los que no es exactamente la presión de pesca lo que más preocupa y aún así hay veces en las que un artificial más pequeño levanta el monstruo.

Pez Ballesta sacado a spinning con un Molix Finder Jerk 110La razón por la esto ocurre no me queda del todo clara, pero existe un mecanismo en los genes de los peces por el cual, de repente, un señuelo de tamaño demasiado grande se relaciona con algún tipo de alerta. Asimismo la pesca Finesse encuentra su mejor momento cuando los peces no están activos, bien durante los meses muy fríos como los más calurosos. En ambas situaciones extremas los depredadores se hacen más apáticos y dejan de perseguir grandes presas, por lo tanto a menudo esta técnica se acompaña  a una velocidad de recuperación más baja de lo normal. Podéis encontrar mucha más literaturas sobre ello en artículos de pesca al Black Bass, un pez por el cual quizás se haya desarrollado y perfeccionado, pero ya que sois chicos listos habéis entendido por dónde van los tiros. La pesca Finesse se suele enfocar mucho a los vinilos y montajes como el split shot, carolina rig u otros, pero en nuestro caso, ya que de mar hablamos, la aplicamos igualmente a los señuelos duros.

Lubina a spinning con Finder 110En varias ocasiones en el Delta, un lugar que recibe una gran presión de pesca, mis amigos me invitan a usar señuelos de pequeño tamaño, y si es cierto que lo contrario puede llegar a ofrecerte sorpresas inesperadas, minnows, y paseantes pequeños brindan más picadas. Por lo curioso que pueda parecer, situaciones parecidas las hemos vivido en el Estrecho, donde la regla parece ser la de "Burro grande ande o no ande". Mi última visita en el territorio Paquito se vistió de alegría y capturas felices justamente por habernos atrevido a cambiar el tamaño de las muestras, rebajando todo lo que permitía el equipo, marea y viento, y así acosar a las reinas más sospechosas y recelosas. En concreto, pasar del Finder 150 al Finder 110 supuso la diferencia entre pescar cero o pescar bastante. En uno de los lugares queridos de mi súper guía ambos pusimos uno de los Finder Jerk, eligiendo yo el más pequeño. Una barracuda desganada, decidió morder uno de mis tres Finder 110 a dos metros de la barca, probablemente enfadad por una paradita provocativa, y en un santiamén cortó el hilo y se llevó el fetiche.

Lubinas a spinning con PJB95Al poco, cambiados de sitio empezó el festival de Lubinas, y todas sin excepciones entraron al Finder 110, a estas alturas ya de ambos, que lo teníamos puesto. Nuevo sitio nueva aventura y ahora le toca a un novato de 9,5cm el Propeller Jerkbait de Molix, que se lleva el gato al agua. El día siguiente se repite la historia, y con una marea más bien floja el Finder 110 vuelve a ser el protagonista, esta vez hasta de un doblete, con una hermosa pieza que finaliza el día. El tercer día seguimos en la misma tónica, pero en este caso no es el Finder 110 a meter la goleada sino un señuelo nuevo de Molix, el DM120 del que ya habéis visto las fotos. Este artificial, que teníamos en un color bastante horroroso como suele pasar con los prototipos, no solamente tiene una línea muy estilizada y delgada, sino que además nada de una manera diferente respeto a los jerkbaits tradicionales, con una acción más sinuosa y mucho menos nerviosa.

Si en el Mediterráneo un artificial de 11cm y 9,5 gramos de peso no se suele considerar Finesse, probablemente en el Atlántico lo sea, por lo menos si se pesca en aguas abiertas donde la corriente juega un papel muy importante y el viento no te permite lanzar donde y como te gustaría. Es muy probable que para trasladar esta experiencia a las aguas del Mare Nostrum deberíamos de estar hablando de utilizar artificiales de 7cm, cosa que hemos hecho muchas y repetidas veces, con el Punitor, el Piper y otros llaveros de comprobada eficacia. Simplemente se trata de adaptar el concepto a la circunstancia, ya sabéis, en el trópico un señuelo finesse es de 15cm 🙂

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Con las gominolas, hay que admitirlos, los pescadores de agua salada estamos un poco pez. Un poco mucho diría. A veces me pongo a hablar con algún loco del Black Bass o sigo una conversación entre ellos, que es aún más de locura, y no me entero de na’. Que si el wacky, el texas, los montajes finesse, los insert de plomo, las creatures o la madre que los trajo a todos  ¡malditos empollones híper técnicos, me tenéis frito!

Una rabieta, nada más, la frustración del ignorante que quiere aprender pero no tiene suficiente espacio en el disco duro para almacenar semejante riada de información; ya se me pasará. De todas maneras el hecho es que en el mar no vamos mucho más allá de la cabeza plomada y el cuerpo en goma tipo shad, y tirando. ¿No estamos quizás perdiendo algo interesante? ¿Por qué la experimentación es así de limitada teniendo en cuenta que ya solo en el Mediterráneo tenemos tantas especies a las que la podríamos colar con un bonito montaje, depredadores o menos?

Vuelvo al Rockfishing que recién llegado nos ha acercado un poco a los materiales blandos. Tampoco es para tirar cohetes, cabecitas enanas, vinilos micro y a correr, vamos que lo más atrevido va a ser un montaje Texas, una reliquia del paleolítico. Sin embargo es justamente el vinilo lo que más tercia, bien por los costes reducidos, bien por su eficacia. Caramelitos para los niños, eso va a ser, al final todas las criaturas son iguales. Pero el Rockfishing y sus alteraciones nos ha enseñado que dos palmos debajo de la superficie hay un ejército entero dispuesto ad atacar un señuelo, animalitos que nadie pensaba pudieran llegar a osar tanto. De allí quizás hemos ido abatiendo muchos muros y ampliando el abanico de posibilidades.

El trabajo con Molix me está enseñando muchas cosas, sobre todo en el ámbito de los señuelos blandos, que antiguamente controlaba menos de un F18 en picado. He visto la evolución de algunas herramientas, como el camarón que saldrá en marzo y que ha resultado absolutamente mortífero. He descubierto que hay señuelos que emiten vibraciones y otros que emiten micro vibraciones, un detalle aparentemente insignificante que sin embargo resulta ser determinante. Apéndices móviles con bolitas que retienen el aire y producen un determinado movimiento, patas o pinzas que necesitan una determinada consistencia para hacer bien su labor y permitir al señuelo que baje bien equilibrado, y produzcan la cantidad necesaria de vibraciones y no más, porque podrían llegar a molestar.

He probado a pescar a drop shot, una técnica muy interesante para pequeños - y a lo mejor no tan pequeños – depredadores, he montado vinilos con anzuelos plomados para Black Bass o cabezas finesse, y los resultados, y no estoy hablando de capturas, han sido muy interesantes. Max Mughini y Vincenzo Muscolo me han enseñado algunos montajes excelentes para vinilos como la Virago y si viviera más cerca del mar y pudiera salir a probar todo esto seguro que aprendería mucho más, porque solo se trata de ponerse las pilas y probar. Aún sin tener que ganar el Bassmaster podemos mejorar en el asunto, que repito, me parece la mar de interesante. Creo que hay una gran diferencia entre una picada a un jerkbait duro de la que pueda haber a un pequeño cangrejo de goma montado finesse, una te revienta la muñeca y la otra la vive todo el cuerpo, vibración tras otras hasta que se tensa la línea.

Que duro se hace el invierno ¡tengo gana de salir a pesca ya!

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