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Este señor que escribe es el que hace la cola delante de la morgue del hipermercado esperando su turno para hacerse con aquella lubina o calamar que tercie, siempre que no abandone antes de tiempo harto de tanto esperar o atraído por una confección de secreto ibérico que me guiña el ojo desde la nevera. Aburrido como una ostra me recurro veinte veces el banco de hielo picado recubierto de cuerpos en mejores o peores condiciones, examino los ojos, el brillo de las escamas, el vientre y cuando llega mi turno si el fiambre no me convence pido un examen exhaustivo de las agallas, cuyo color como bien sabéis te confirma si seguir adelante con la compra o cambiar de apuesta.

En esas horas que acumulo durante el año en ese entorno tan idílico tengo tiempo para curiosear en las etiquetas del pescado para ver que se inventan aquellos que, teóricamente, deberían de poner la información que la ley requiere y eso si que es muy divertido.

He descubierto, por ejemplo, que todas las Corvinas, cuyo nombre científico brilla por su ausencia, que han pasado por mi casa son de origen “extractivo”, un hecho realmente curioso porque todas tienen el mismo tamaño, las mismas aletas raquíticas y una pinta de salvajes que ni la Preysler. Realmente sorprendente el hecho que los calamares de potera, así llamado para cobrarlos el doble, tengan unos desgarros en la piel que parecen haber sido víctimas de un ataque de Jack el destripador. Me imagino que la potera que han usado para sacarlos es en forma de red de embudo y viene remolcada detrás de un barco, en fin algo muy parecido a la pesca de arrastre.

Menuda sorpresa me llevé hace pocos días cuando descubrí que la Perca (Perca del Nilo) es de origen extractiva y su zona de pesca es el Atlántico Sur pero no queda allí la cosa, sabíais que su nombre científico era Micropterus salmoides? ¿Algo extraordinario verdad? En un abrir y cerrar de ojos he aprendido que el Black Bass es una especie de mar, vive en el Atlántico Sur y además se pesca comercialmente para vender su carne en Carrefú. ¿No será que el Lates niloticus, nombre real de la Perca del Nilo, se cría en estanques y se comercializa como especies de acuicultura amén de ser una especie de agua dulce a más no poder?

Menudo cacao que hay montado con los escómbridos, aquí sí que si quieren te meten un gol de los buenos. Una vez me encontré en una pescadería con las Melvas más grandes del mundo, bichos de cuatro o cinco kilos con una pinta de Bonito (Sarda sarda) a más no poder. Se lo hice notar al pescadero y me dijo que estaba yo equivocado, esas eran Melva así como aquellas eran Caballas, en incognito desde luego porque iban disfrazadas de verderoles, si mis gafas no me engañaron.

Así me lo aprendí yo y suerte que algo entiendo de bichos con escama porque a la Mari le venden lo que quieren y seguro que más de una vez se ha llevado a casa una rodaja de tiburón marcada Xiphias gladius, por el mismo precio claro. 😉

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Es cierto que de alguna manera ya somos especialistas en un tipo de pesca, o dos si me apuras; sabemos algo de spinning, jigging, popping tropical, o  rockfishing si realmente existiera una diferencia notable entra algunas de estas modalidades. No sé si algunos de los que siguen este blog también pescan con cebo o al curricán pero digamos que el grupo "hardcore" cuando sale a pesca lo hace para lanzar o bajar muestras.

Lo que me estaba preguntando es si la especialización luego lleva a otra, un peldaño más adelante por el que no solo nos gusta pescar a spinning, por ejemplo, sino que dentro del spinning hemos delimitado el radio de la búsqueda a una(s) especie(s) en concreto o a una técnica, por ejemplo spinning pesado, en la que de alguna manera destacamos o con la que nos encontramos más a gusto.

En lo personal me cuesta un poco decir que haya algo en este momento en el que me he "especializado", he pasado creo por casi todos los niveles de la pesca con señuelos y si antes me manejaba bien con las Anjovas, para luego hacerme al tormentón tropical, luego el jigging y así seguido, ahora sigo practicando muchas de estas técnicas sin concentrarme en una en especial. Puedo sin embargo afirmar que el jigging, que por un cierto periodo he amado mucho y al que he dedicado cuantía de horas, ahora no me atrae tanto así como el popping tropical, pero no la pesca en el trópico, que sigue pareciéndome muy entretenida.

Para ir concretando y estudiando un poco más a fondo mi "alma pescadora" he de decir que hay algo que me atrae más y en el que, de alguna manera me he especializado. Empezamos por el trópico, cuyo calorcito y humedad saboreo siempre menos, seguramente mi pez favorito, el que más me gusta cazar y que quizás mejor se me da es la Cubera. Las feroces embestidas, las rápidas carreras y la corta duración de la lucha me atraen a más no poder, y sobre todos he desarrollado una técnica de combate que tiene grandes porcentaje de éxito y que me divierte mucho. Justamente por el lado opuesto está mi renacida pasión por el spinning ligero, sobre todo si consigo enfocarlo a la pesca de la Lubina o de especies menos "famosas" y que sin duda me motivan como Doradas, Bailas, Sargos y así seguido. Una de las cosas que siempre me ha cautivado en la pesca tropical es la variedad de las especies que se pueden tocar, y esto lo he trasladado por completo a la pesca local, y en cuanto subo por la borda un pez diferente me emociono como un niño chico. Supongo que con el tiempo he alcanzado cierta sensibilidad para lanzar y mover con maña señuelos de pequeño tamaño, y enfrentarme a peces de porte con equipos ligeros, donde un fallo en la regulación del freno o un nudo mal hecho se pagan con un disgusto.

¿Tenéis vosotros un pez favorito en la pesca del cual os habéis especializado? ¿Porque creéis que con ese bicho lo hacéis mejor, y que es lo que en práctica se traduce en esa ventaja? Como siempre estaré encantado de leer vuestros comentarios. Gracias, ciao Nicola

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El otro día estuve viendo un documental que me impactó. El 19 de Enero de 2006 la Nasa lanzó al espacio la naveta espacial New Horizon destino Pluto. Resulta que llegará a su destino el 15 de Julio de 2015, después de más de nueve años de travesía galáctica con una trayectoria calculada al milímetro en base a la órbita y la gravedad de los demás planetas, y empezará a recolectar datos sobre este ex planeta, ahora reclasificado como planeta enano, cubierto de hielo con temperaturas por debajo de los 200 grados bajo cero. Sigo asombrándome delante de la capacidad del ser humano capaz de llevar a cabo empresas tan extraordinarias donde logra superar las barreras del tiempo y del espacio y clavar una naveta en un blanco que dista más de 3 billones de millas. Simplemente alucinante.

Al mismo tiempo no consigo entender como ese mismo ser humano no sea lo suficientemente atento para comprender el daño que está causando al planeta, destrozando sus recursos y la madre de todas las cosas, la Tierra. Contaminamos los ríos, les cambiamos de rumbo, los entubamos, canalizamos, destrozamos los caudales, los estuarios, y finalmente las playas, costas y poco a poco nos cargamos todos los océanos. Sabemos calcular la trayectoria de un cohete que tiene que cruzar media galaxia pero no conseguimos evitar la extinción de miles de especies o cuidar de las Amazonas, nuestro pulmón de oxigeno. Hemos subido la esperanza de vida de 30 a 80 años (y sigue y suma), y nos envenenamos comiendo Atún relleno de mercurio o plantas transgénicas. ¿Somos inteligentes o somos unos idiotas irresponsables? Construimos o destruimos?

Como era de esperar no tengo respuestas a esta preguntas, y probablemente tampoco vosotros ni nadie, simplemente no se entiende así como así, quizás encuentre respuestas en la avaricia, ansia de poder, de dinero y las demás corruptas costumbres de este bello animal de dos patas, pero entraríamos en discusiones filosóficas que no vienen al caso, ya que nuestra pequeña huerta sigue siendo la pesca. Y hacía la pesca nos vamos, para jugar un poco a los adivinos e intentar imaginar que nos esperará de aquí a veinte años, a nosotros o a nuestros hijos.

Si rebobino un poco y vuelvo a mis comienzos en la pesca en mar encuentro distintas facetas que me obligan a hacer trabajar un poco la masa grisácea que flota debajo de la coronilla. Se me ocurre pensar en los días en que atacaba las costas de la Graciosa con unos vedeadores de PVC que cumplían con su doble función: sauna y protección del agua al mismo tiempo. Aquel entonces la pequeña Isla del Archipiélago Chinijo era como un pequeño cofre del tesoro, donde la pesca masiva no había hecho mueca y el spinning desde costa cogía un diferente significado. Entonces las Lubinas patrullaban la costa y solo se cogían ejemplares de tamaño más que respetables además de Anjovas, Sierras, Dentones, Abadejos y el Palometón  despistado que se acercaba durante sus migraciones. Ahora puedes pasarte unas semanas buscando la Lubinas, y eso que es un parque natural donde la pesca está controlada, por lo menos hasta donde pueden llegar ese tipo de controles.

Por otro lado pienso en la historia del Atún Rojo, desaparecido en combate por muchos años y ahora de vuelta y en pelotones compactos y desafiantes, con poco miedo al hombre jugando cercano a la costa y dejándose ver más a menudo de lo que se podía nunca esperar. Si por un lado sube el Rockgfishing como la espuma para rellenar los aburridos días de spinning, por el otro el mundo ha descubierto que no hace falta irse al trópico para sacar el bicho más potente del mundo ya que lo tiene en la puerta de su casa, y encima más hambriento de señuelos lanzados desde lejos que de muestra remolcadas por 400 caballos humeantes.

Son dos ejemplos muy "baratos" porque en la Graciosa se sigue pescando y hay sitios que desde luego están más estropeados pero al parecer por algo que hacemos mal hay algo que se hace bien. Un golpe lo estropea y otro lo arregla y superficialmente podemos tener la sensación de que el ecosistema se mantenga en equilibrio, por lo menos por lo que a nuestra afición se refiere. Ahora viene la pregunta del millón, semiseria que quede claro, pero con ganas de estimular la fábrica de pensamientos de todos vosotros: ¿como estará la pesca de aquí a veinte años?

La pregunta tiene recovecos y se puede fragmentar. Por supuesto me interesa saber como creéis que evolucionará el parque acuático, bien referido a las especies o al estado general de mar y costas pero no solamente esto. Podemos visualizar el camino de la evolución técnica de la pesca con señuelos? Surgirán nuevas modalidades así como el Jigging, Kabura, Inchikú y Rockfishing? Que se inventarán nuestros legisladores, intentarán manipular la afición y seguir apoyando a los verdaderos esquilmadores del mar? Alguien tiene mensajes positivos que nos puedan ayudar a esperar que las cosas vayan a mejor, como ha ocurrido con el Atún?

Ahora poneos todos delante de la bola de cristal y a jugar a ser brujos y si lo lográis llamad a las parientas que de eso si que saben un taco 🙂