Pesca y competiciones

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Recién despertado de aquella pesadilla llamada gala de inauguración de los JJOO, un bodrio de tamaño descomunal salvado solamente por dos personajes cuales Mike Olfield que toca Tubular Bells en directo y Mr.Bean que hace de las suyas, apunté este tema en mi libreta de las ideas: pesca y competiciones.

Eso es ¿tienen estas dos cosas algo en común? Se puede competir pescando o pescar compitiendo? Claro que se puede porque se lleva haciendo desde hace décadas pero a este servidor sinceramente esta curiosa relación no le acaba de convencer y os explicaré porque. Desde el alba de la historia del ser humano actividades como la caza y la pesca han representado algo muy diferente de lo que representan para nosotros. El señor Neandertal tenía a su querida esposa esperándole con los churumbeles en la gruta a que volviera de la caza para hincar el diente a algo que no fuese una raíz o unas bellotas de temporada. El pobre hombre se liaba a pedradas limpias con Smilodon y Mamut y si tenía suerte le saltaba la liebre y conseguía meterle un tiro certero antes de que un oso de las cavernas se le comiese a el, dejando un puñado de huérfanos sin papeo.

El vecino, acongojado por la última carga de un alce monumental decidió dejar aquel deporte tan peligroso y dedicarse a la pesca, sin saber que ríos y lagos eran un imán para los bichos terrestres y que tampoco allí se iba a librar de el acoso bestial. Así que entre un mordisco de una víbora y una carrera contra un león el señor N. conseguía de aquella manera agarrar una trucha y llevársela para casa, pasándose por el mismísimo la veda y la prohibición de pescar con las manos. ¡Un furtivo vamos!

La gran putada de todo esta historia fue cuando algunos mantas que no sabían ni pescar ni cazar descubrieron que era menos peligroso cultivar maís y dedicarse a la ganadería, mientras otros, más espabilados y temerarios seguían la delicada tarea de enfrentarse a lo más salvaje. Aquí empezó aquello del trueque y finalmente el primer banquero de la historia inventó el dinero, o conchas coloradas que fuesen. Se acabó entonces con peces y animales, ya que alguien empezó a dedicarse a su captura para alimentar una población que crecía más que la espuma en un foam party de verano. Cazas, pescas, vendes y muchos siguen con el mismo sistema, algunos hasta disfrazados de pescadores recreativos.

En el siglo XXI, para gente que como nosotros se aficiona a la pesca todo se transforma en un juego, la pesca es simplemente una afición, un momento para conseguir que nuestro cansado cerebro trabaje de otra manera. No se vosotros pero cuando estoy pescando intento concentrar mis esfuerzos en lo que estoy haciendo, que desde luego no requiere mucha memoria RAM, y dejar la que se queda libre para disfrutar del entorno en el que me encuentro, respirar hondo y cerrar las puertas a todo los engorros que vienen acompañándome durante la semana. Podemos ser veinte en el barco pero en realidad la mayoría de las veces consigo quedarme solo con mi caña, el señuelo y el depredador que me estará intentando ignorar por alguna esquina.

Si pesco más de los compañeros me alegro e intento disimular la sonrisa, si pesco menos me fastidio, haberlo hecho mejor ¡peazo mamón! Nunca me subo a un barco pensando en que tengo que sacar más peces que Mario, que ocurre muy a menudo, o que algún cliente me saque otra vez un monstruo delante de las narices, que también ocurre a menudo. Cuando estoy pescando, de alguna manera me transformo en un animal egoísta que solo piensa en si mismo, o mejor dicho en lo que estoy haciendo y como me salen las cosas a mí. Desvío mi interés hacía los demás si necesitan ayuda o si están pescando mejor o peor que yo para poderles robar o ofrecer un consejo y si de repente se crea un pique, amistoso que todo sea dicho, pues bienvenido sea porque al final un poco de picaresca no estorba y siempre disfruta uno diciéndole cosas feas y haciendo pedorretas al niño de al lado.

En fin, la pesca nace como una necesidad de sustentación del ser humano, luego se transforma en una actividad comercial y finalmente en una actividad lúdica y recreativa pero tengo la sensación de que llevarla hasta ser un deporte muy competitivo, y en algunos casos muy bien remunerado, no encaje muy bien en el diseño de Madre Naturaleza. Existe una competición, y es la que crece entre pescador y pez, a ver quien de los dos es más listo (en mi caso normalmente un carpín rojo), pero bajo mi modesto y seguramente inútil punto de vista no debería de ir más allá de eso.

Ya está bien así, no me enrollo más y os dejo la palabra, como siempre estaré encantado de escuchar vuestras iluminadas opiniones. Abrazos

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2 thoughts on “Pesca y competiciones

  1. Tema muy interesante.
    Personalmente no me gusta la competitividad en la pesca. La competición es lo contrario a mi forma de ver la pesca, me parece que la competición, en general, sirve para poco más que aumentar el ego de cada uno y poder "fardar", algo que sin duda no me parece muy bueno y no va conmigo. Siempre preferiré una simple quedada.

    Por supuesto cada uno tendrá su oponión y algunos comentarán que tiene muchas cosas buenas y yo lo respeetaré. Pero para mi, esas cosas buenas no compensan lo expuesto más arriba que me desagrada de las competiciones.

    Saludos!!

  2. SISOMA

    No hay nada mas que decir.
    Esa es a mi modo de ver ,la unica forma de entender este juego, aunque como bien apunta Sam Bosch, respeto cualquier otro punto de vista y opinion...mas no creo que existan argumentos que me bajen de la burra...
    Una gran entrada, Nicola.Es una vieja reflexion, pero que seguira siempre a la orden del dia
    Saludos

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