Historias del mar
De pesca en el Estrecho: un vídeo que lo cuenta todo
Hace ya unos años nos juntamos, un puñado de amigos para unos días de pesca en el Estrecho.
Había mucha expectativa, los Bonitos estaban pletóricos, pero hasta que no te encuentras en la lidia no sabes lo que puede pasar, y eso es exactamente lo que transformó un fin de semana de pesca en una especie de pesadilla pero en positivo, es decir, algo bastante alucinante, hasta para lugares más vírgenes que las aguas costeras españolas.
Con Paquito al mando del barco y Vincenzo recién aterrizado salimos a desafiar las corrientes Atlánticas en un lugar que corta dos mundos con una cicatriz mucho más profunda de lo que pueda marcar la sonda. El Estrecho, no lo neguemos, es un sitio especial, tanto geográficamente como estratégicamente. No es por nada que los hijos de Albión se han asentado en el peñón y no lo sueltan ni a tiros. La corriente le defiende, esas mareas rabiosas que entran y salen del Mediterráneo, le protegen de muchos de los males que el hombre se encarga de repartir por el planeta. La contaminación, los excesos de pesca, la costa urbanizada.
Los temporales de Levante y Poniente son sus guardas armadas, cuando sopla Eolo el mundo se calla, se queda en casa, y no destroza nada. La naturaleza es la mejor cuidadora de esa lengua de agua de poco más de una docena de millas de ancho.
Ir de pesca en el Estrecho es un circo, te puedes poner las botas o comerte el bolo más grande que recuerde la historia, y conocer a ese labirinto de mareas y corrientes no es moco de pavo. Paquito algo aprendió de su maestro de sangre, y algo lleva dentro, por aquella curiosa herencia que llamamos genética, y en ese laberinto se maneja, como si llevase allí más tiempo de los que pone en su DNI.
Esta no es una historia nueva pero tenemos un vídeo completo, que cuenta sin trampa ni cartón lo que pasó, en aquellos dos días de hace ya demasiados años. Unos días de pesca en el Estrecho, ¡como para olvidarse!
Desove del Bonefish – Un descubrimiento excepcional
Un importante descubrimiento sobre el desove del bonefish, aquí encontráis la traducción de un artículo muy interesante y os invito a ver el vídeo porque es precioso
"Un tornado de la fuerza de 10.000 peces va girando en las aguas poco profundas de Bahamas. De vez en cuanto un ejemplar se separa del bando y un destello rompe la superficie, coge aire y vuelve a sumergirse.
Este es el comportamiento del periodo precedente al desove del Bonefish, conocido en castellano como Macabí (Albula vulpes).
Este estudio ha sido entregado, juntos con un vídeo espectacular, al Ministerio de Medio Ambiente de Bahamas y colaboradores conservacionistas del Bahamas National Trust y The Nature Conservancy. ...continue reading
Surfspinning extremo: los pirados de Montauk
Me gustaría que echarais un vistazo a este trailer de un documental sobre el surfspinning extremo en la costa este de los Estados Unidos.
En mis años de mozo me acerqué a esta técnica tan sumamente salvaje y lo hice de la manera más gentil y cuidadosa posible, es decir corriendo riesgos cero y sobre todo sin llegar ni a imaginar las locuras que hace esta gente para sacar una Lubina Rayada. Practiqué el surf spinning "east coast style" en las playas de Nantucket y Martha's Vineyard, pero donde realmente se saborea el gusto intenso de las pesca con señuelos desde orilla es en Montauk.
Hablando de GT historias del terror tropical
Hablando de GT, historias del terror tropical
Hablando de GT, me contaba un conocido skipper americano, el mismo que había montado la operación de pesca en la isla de Midway donde me estrellé entrené con esos animales, algunas historias sobre los Giant Trevally, de las que se quedan para la leyenda quizás alguien nuevo en esto no las haya nunca escuchado.
"Hicimos unas pruebas con unos hilos de 400lb y anzuelos de los más robustos que pudimos encontrar y estuvimos pescando al currican para atunes de aleta amarilla y para GT, obviamente en dos zonas diferentes alrededores de Midway. Enganchamos peces de ambas especies de tamaños similares pero mientras conseguíamos parar a los atunes, los GTs abrian los anzuelos y lograban escaparse." Esto es lo que me decía Rick Gaffney cuando volví de mi primera desaventura con los carángidos del atolón.
Pero seguimos hablando de GT, una tarde estuvimos haciendo algo de brumeo para intentar alejar los camiones del arrecife y poder por lo menos sacar uno con mi inadecuado equipo y estaba en el barco con Ed Huges, un skipper de Rhode Island que en ese momento trabajaba en el atolón. Aparecieron los primeros tiburones y fue entonces cuando Ed me empezó a contar otra historia bastante impresionante.
Resulta que haciendo este tipo de pesca, siempre los primeros en llegar son los escualos, sin embargo cuando entra el bando de GT, y estamos hablando de peces de a lo mejor treinta, cuarenta o cincuenta kilos, los tiburones se abren y dejan paso a los cabezones. Hay historias de GT que literalmente les echan de la estela el brumeo y se apoderan del manjar gratuito.
Finalmente, ambos Rick y Ed me aseguraron de que a menudo los GTs salen a proteger un compañero en dificultad, por ejemplo que haya sido enganchado por un pescador, para defenderle de los posibles ataques de los tiburones. Algo común en los delfines que protegen a los miembros del mismo bando, pero difícil de comprender en un animal infinitamente menos inteligente. La manera en que el GT se defiende o ataca - según se mire - a los escualos, es pegándoles unos cabezazos de campeonato donde más les duele, en la zona de las agallas. Esto, en los años siguientes a aquella aventura en las aguas de Midway, lo pude comprobar en persona y por lo que he podido apreciar no es exclusivo de los GTs sino que de varias especies de carángidos.
Así que hablando de GT, hoy también hemos acabado con los cuentos del abuelo, nos veremos cuanto antes para otras amenas e imprescindibles historias. Si queréis dejar vuestros comentarios podéis hacerlo aquí seguido. Ciao